lunes, 23 de agosto de 2010

Mi cabeza está llena de ratas .

El cuerpo humano es muy especial, o no ? . Me llama mucho la atención como respondemos a todo lo que nos pasa con nuestro cuerpo, y la importancia que tiene nuestro cerebro en todo eso .
Cuando somos realmente felices se puede demostrar perfectamente en como nos movemos, en como hablamos . Cuando sentimos que nada podría ser mejor, saltamos, reímos, nos sentimos llenos de energía y con ganas de hacer mil cosas. Escuchamos esas canciones que nos hacen gritar y saltar como locos, disfrutamos de los pequeños detalles, hasta nos encanta que el más mínimo rayo de sol nos enceguezca .
En cambio, cuando la vida nos tira una mala jugada y nuestra mente gira repetitivamente sobre las mismas cosas, buscamos escondernos . Nos encerramos en nuestros cuartos, bajamos las persianas y hacemos cosas que nos hacen peor, como si todo eso fuera a alivianar la carga . Intentamos sonreír, pero nuestras sonrisas son distintas .. Tan distintas, que cuando hechamos a reír, nuestra risa termina convirtiéndose en un llanto incontenible . Nuestro malestar mental se transforma en algo físico . Nos sentimos enfermos, adoloridos .. Hasta las acciones más rutinarias parecen requerir un esfuerzo monumental . No aparecen las ganas de ser, de existir . Nos encantaría vivir encerrados en el mismo lugar, sin ver a todas esas personas que pensamos que nos lastiman, cuando en otros momentos parecen ser una fuente de alegría infinita .
Eso es lo que me fascina del cerebro humano .. Nos lleva a hacer esas cosas para demostrarle al mundo que necesitamos ayuda, porque todas esas acciones involuntarias vendrían a cumplir el rol de una especie de sirena de bomberos .. Muestran que hay una emergencia para que algún voluntario se acerque a ayudar . Pero cuando alguien decide aparecer e intenta apagar el fuego, rechazamos esa respuesta porque simplemente no es quien esperamos que sea . Nuestra mente no está preparada para sufrir en solitario todo lo que la vida nos pone en el camino para tropezar, pero a la vez es tan pretenciosa que se da el lujo de rechazar a los que no cumplen con sus expectativas .
Nosotros somos nuestra mente, es lo que nos conforma de manera casi íntegra . Entonces, somos nosotros rechazando ayuda, escondiéndonos, no queriendo olvidar .. Porque siempre va a haber otra cosa mejor a la que ya tenemos y a la cuál no podemos acceder . Siempre va a haber otra persona por la cuál sí daríamos todo, pero que nunca vamos a tener la posibilidad de querer como nos gustaría .
Así es el cerebro, así somos nosotros: inconformistas . Pero, no termina siendo bueno matarnos para conseguir aquello que queremos ? Podemos perder la cordura en el intento, pero vale la pena arriesgarse .

No hay comentarios:

Publicar un comentario